SANTO DOMINGO. El presidente Danilo Medina quiso dar un ejemplo de “humildad” en su discurso de ganador durante un acto celebrado ayer en el Comando de Campaña de su candidatura en la avenida Sarasota de la capital.

Sin embargo, la humildad no floreció sino que pareció un discurso del que gana y aplasta.

Esto así por lo siguiente: “No acudí  a los debates por arrogancia, sino porque contaba con el 60 por ciento de los votos y no necesitaba más de ese porcentaje” expresó el presidente Medina rodeado de su familia y funcionarios de su gobierno.

O sea, el presidente no fue a los debates para discutir los temas nacionales, uno de ellos la inseguridad ciudadana, inexistente en el país”, sino porque tenía 60% y “no necesitaba más”.

La arrogancia es evidente y la humildad está disfrazada en el discurso presidencial.

Aunque otra parte de su discurso quería dar el matiz de “humilde ganador que no quiere avallasar

Les dijo a los funcionarios  y a los que vengan “a ser humildes” y después dijo “Pido a Dios que lo aleje de la prepotencia de la soberbia y de la arrogancia”.

“Hice una campaña sin herir a nadie, sin la necesidad de atacar a ninguno de mis adversarios. Nunca herí de palabras ni de hecho a ninguno de mis competidores porque no creo en la confrontación de los agravios, yo creo firmemente en la confrontación de las ideas”, dijo Danilo.

“El pueblo votó por un presidente con el que se puede conversar por la calle y al que le duele el dolor de la gente. Eso tenemos que asumirlo si queremos seguir gobernando al país”, dijo.