Un brillo especial en la mirada, una sonrisa a flor de piel y una gran ternura son solo algunas de las sensaciones que permanecen en el cantante y actor Javier Grullón cuando se le ve con su primogénito Noah.
Desde hace más de un año su vida ha dado un giro en el que disfruta a plenitud lo que es ser padre.
Su sentir lo refleja de esta forma: ”Noah es lo más perfecto que me ha pasado. Me ha dado una luz extra… estoy más apasionado. ¡No te imaginas lo que yo quiero a ese muchacho!”.
Con estas palabras francas resume el significado de ser padre, una experiencia que ha sido para él magnífica porque automáticamente uno se transforma en la mejor persona del mundo.
Afirma que a partir de su nacimiento entiende a sus padres, los ama más y sabe por qué están bregando.
El joven de 26 años califica su paternidad como algo indescriptible. Ya no soy el Javier de antes. Estoy súper enfocado. Mi niño es mi felicidad, dijo.
Javier es un padre moderno que baña a su bebé, lo cambia y ¡hasta le hace chistes! Es un experto en cambiar pañales. Está pendiente de las necesidades de su pequeño y acomoda su agenda para estar presente en las citas con su pediatra. Y a las 4:00 de la mañana, cuando Noah despierta por algún cólico o simplemente porque sí… él está presente.
Cuando esto ocurre, Javier toma a su bebé en brazos, le canta hermosas canciones conocidas o improvisadas y le dice cuánto lo quiere.
Estas tandas matutinas las comparte con su esposa, Karla Fatule, para quien solo tiene elogios por su entrega y dedicación.
”Karla me ha sorprendido. Ella ha asumido una responsabilidad tan bella, o sea, es una toleta de madre. Es como si lo hubiera hecho toda la vida”, afirma.
Javier también agradece a sus padres y a sus suegros por sus consejos y el amor que le tienen a su hijo.
“Noah se porta muy bien, pero no es tan tranquilo. Tiene personalidad y temperamento. ¡Tiene un galillo!, afirma el actor, quien con orgullo paterno y con una sonrisa de oreja a oreja asegura es un relambido, como yo”.
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