SANTO DOMINGO. En medio de tristeza fueron sepultados hoy los restos del sargento de la Policía Nacional, Nilo Pérez Jáquez, de 33 años, quien dejó a su esposa embazada y a un niño en la orfandad.

La sepultura del agente se realizó en el cementerio Cristo Salvador, acto al que acudió el jefe de la uniformada, mayor general Manuel Castro Castillo, quien aseguró que este hecho no quedará impune.

La Jefatura de la Policía sostuvo que continúan las investigaciones para esclarecer las circunstancias en que el sargento de la Armada Dominicana, Homero Marcial Polanco, ultimó al sargento Pérez y al raso Jefri Morillo Lachapelle.

Por mandato del presidente de la República, Danilo Medina, el sargento fenecido fue ascendido a segundo teniente, mientras que el raso fue elevado a cabo.

Según precisó el jefe policial, el victimario les quitó la vida a los dos miembros de la Policía luego de que ellos lo detuvieran en las labores de patrullaje que realizaban en la avenida Estados Unidos del Mirador Este. El detenido admitió haber cometido el hecho y estar bajo los efectos del alcohol.

Asimismo, el vocero del cuerpo del orden leyó un documento en el que se expresa “nos encienden ríos de coraje contra indeseables que desafían a la Policía Nacional”. Manifestó que esa entidad nunca será intimidada ni arrodillada ante individuos que se han dado la tarea de asesinar agentes policiales.

Los familiares y vecinos de Pérez Jáquez lo calificaron como un hombre honrado, sencillo, trabajador y generoso, que no tenía problemas con nadie.

Luego de la sepultura, Castro Castillo se dirigió a la funeraria Gresefu, de Invivienda, donde están siendo velados los restos del raso Morillo para ofrecer las condolencias a los familiares.