CIUDAD DE GUATEMALA, GUATEMALA. Decenas de guatemaltecos celebran hoy la dimisión del general retirado Otto Pérez Molina, como presidente del país por los señalamientos de corrupción que pesan en su contra.

Desde horas de la madrugada grupos de ciudadanos han comenzado a llegar a la Plaza de la Constitución de la capital guatemalteca agitando banderas y cárteles en señal de alegría por la dimisión del mandatario.

Uno de ellos es la líder indígena guatemalteca y premio Nobel de la Paz de 1992, Rigoberta Menchú, quien dijo que lo más importante de la dimisión es que se inicia un nuevo capítulo para Guatemala.

“La renuncia permite rescatar el honor de la ciudadanía”, declaró la dirigente indígena a los periodistas, y reclamó las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos porque las elecciones generales del próximo domingo “no tienen idoneidad”.

Menchú destacó el ejemplo que los guatemaltecos han dado al mundo con las manifestaciones pacíficas para rechazar la corrupción.

“Es algo que esperábamos aunque no fue tan fácil”, expresó a los periodistas otro de los manifestantes, Diego Álvarez.

Mientras, jóvenes mujeres se hacen acompañar de dos piñatas con caras de “ratas”, como definen a Pérez Molina y a la ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, ya en prisión preventiva, acusada de cohecho pasivo, caso especial de defraudación aduanera y asociación ilícita.

Esos son los mismos delitos que el Ministerio Público (MP) le imputará al militar retirado, que anoche presentó su renuncia al alto cargo en el Ejecutivo.

En las afueras de la torre de tribunales, en el Centro Cívico de la capital, también se reúnen grupos de guatemaltecos para celebrar la dimisión del presidente, quien es acusado por el MP y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), de ser uno de los líderes de la red de corrupción “La Línea” junto con Baldetti.

La renuncia se hizo pública poco después de conocer que el juez Miguel Ángel Gálvez, del Juzgado B de Mayor Riesgo, había autorizado su captura.

Pérez Molina se convirtió en el primer presidente de la historia de Guatemala en ser desaforado por el Congreso por existir elementos probatorios de su participación en la organización que defraudó millones de dólares al Estado.

Por el caso “La Línea” hay 28 detenidos, entre funcionarios y particulares.

La renuncia del mandatario la tiene que conocer este jueves el Congreso y decidir si la acepta o no.

Si la dimisión es aceptaba el actual vicepresidente, Alejandro Maldonado, debe ser juramentado como jefe de Estado para concluir el mandato de cuatro años de Pérez Molina, que comenzó el 14 de enero de 2012.