CIUDAD DE MÉXICO. La Procuraduría General de la República (PGR) insistió este martes, en una conferencia de prensa encabezada por su titular, Jesús Murillo Karam, que los 43 normalistas desaparecidos en Iguala el 26 de septiembre pasado están muertos, y fueron calcinados en el basurero de Cocula.

La conferencia llega un día después de que miles salieron a las calles para reclamar la presentación con vida de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”.

Pero lo presentado es en realidad un resumen del caso que agrega declaraciones de Felipe Rodríguez Salgado, alías “El Cepillo”, que fueron publicadas por distintos medios incluso antes que la misma conferencia.

La PGR dio datos más puntuales para sustentar su tesis de que los normalistas fueron quemados en el basurero, y no en cualquier otro lugar como, por ejemplo, hornos crematorios del Ejército mexicano, como investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han sugerido.

Antes de la conferencia el Presidente Enrique Peña Nieto dijo, en un evento que encabezó en la Residencia Oficial de Los Pinos, que “es claro que el gobierno ha desplegado un esfuerzo si precedente de búsqueda y de investigación”

“También estoy convencido de que este instante, que este momento de la historia de México, de pena y de tragedia y de dolor no puede dejarnos atrapados, no podemos quedarnos ahí”, puntualizó el Jefe del Ejecutivo federal.

Tomas Lucio Zerón, titular de la Agencia de Investigación de la PGR, informó esta tarde en conferencia de prensa que Rodríguez Salgado es el responsable del secuestro y homicidios de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Lucio Zerón dijo que Rodríguez Salgado confesó su participación en el asesinato e incineración de los normalistas. Dijo que su detención llevada a cabo el pasado 15 de enero es clave para investigación porque, dijo, todos los testimonios lo señalan “como quien dirigió operación”.

El funcionario federal dijo que de acuerdo con las declaraciones de “El Cepillo” el 26 de septiembre él y otros compinches recibieron la orden de abordar unos vehículos para ayudar a la gente de Gildardo López, alias “El Cabo Gil”, lugarteniente del líder de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias.