Inasequible a la acción de la justicia, que escruta posibles irregularidades en sus negocios en el marco de una investigación criminal emprendida por la fiscalía de Manhattan, el expresidente Donald Trump protagonizó en la noche del sábado su primer mitin desde el asalto al Capitolio, el pasado 6 de enero. El objetivo era doble: caldear la campaña de las legislativas de medio mandato, en noviembre de 2022, y separar el grano de la paja en las filas republicanas, es decir, sus partidarios inquebrantables, de los que votaron a favor del impeachment por su promoción de la algarada.
El magnate compareció en Wellington (Ohio), donde ante varios miles de seguidores escenificó su retorno a la vida pública, privado como está de los altavoces de las redes sociales. Un Trump en plena forma arropó a uno de sus colaboradores en la Casa Blanca, Max Miller, que se enfrentará en las primarias republicanas del próximo año al legislador Anthony Gonzalez, uno de los republicanos que votaron a favor de someterle al segundo impeachment. En juego está un escaño por el distrito de Ohio.
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