LA HABANA.  Si antes era un atractivo con ribetes de curiosidad y misterio, ahora ante una apertura que permitirá aumentar el flujo de turistas, Cuba se puede convertir en el gran destino de la región del Caribe, en el entendido incluso de que el mercado turístico de los EE UU llegue a niveles del que registra el mercado emisor de Canadá.

Para muchos puede ser prematuro realizar especulaciones, sin embargo, todos los ojos de inversionistas y turistas se pueden estar volcando hacia esta nueva apertura de un mercado que tiene mucho por mostrar, luego de tanto misterio que cobijaba en su política internacional en sus relaciones con EE UU.

Este giro histórico de las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba puede ser una oportunidad para que la isla se afiance como uno de los grandes competidores del mercado turístico caribeño, en el entendido de que las grandes hoteleras españolas gozan de una posición privilegiada.

A pesar de que Cuba se incorporó a la oferta turística del Caribe a partir de los años 90, en la carrera por el mercado llegó más tarde que sus vecinos mexicanos, dominicanos o portorriqueños.

Cuba se ha convertido en uno de los destinos más demandados del Caribe y su sector turístico en el principal negocio para las empresas españolas en la isla, concentrando el 75 % de las inversiones españolas en el país, según los datos facilitados por el ICEX (Comercio Exterior).

La cadena de hoteles Meliá, opera en la actualidad 27 hoteles en territorio cubano, con 13.000 habitaciones, el segundo país de habla hispana en plazas hoteleras.

Las cadenas Iberostar opera 10 hoteles y Barceló opera 2, el mismo número que Globalia a través de la cadena Be Live. La oferta de NH se extiende a un hotel, al igual que la de Riu.

Según José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur (asociación española de profesionales del turismo), ve en este nuevo contexto un “mundo inmenso” de oportunidades comerciales con el primer mercado emisor del mundo y una excelente noticia para el sector turístico español, que aglutina el 50 % de la capacidad total de alojamiento de la isla.

La mayoría de sus turistas vienen de Canadá, Alemania o Inglaterra. También de Venezuela, México y España. Ubicada a menos de 90 kilómetros de la costa estadounidense, se espera que el turismo estadounidense en Cuba crezca de forma exponencial en los próximos años, si se normalizan las relaciones entre ambos países.

Una nueva afluencia americana permitirá desestacionalizar el turismo en la isla y mejorar los retornos de las inversiones, afirma Zoreda.

Esta nueva apertura facilitará la llegada y la expansión de grandes competidores estadounidenses como las cadenas hoteleras Marriott o Hilton y la entrada de turopeadores norteamericanos.

Cuba cuenta con 60.500 habitaciones hoteleras y para 2020 prevé llegar a 85.000.

Con el aumento del flujo turístico se abren también expectativas de futuro para el transporte aéreo y para nuevas conexiones, favoreciendo a aquellas aerolíneas que trabajan en el segmento vacacional y chárter.

Este cambio de rumbo abre además un nuevo mercado estratégico para las constructoras españolas. Rehabilitación de viviendas, infraestructuras de transporte, carreteras, autovías, obras ferroviarias, puertos o equipamientos públicos, son algunos de los desafíos a los que se enfrenta la isla, con un bloqueo comercial desde 1961.