La historia de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado, se cerró en falso. Y los que criticaron su creación porque los científicos estaban “jugando a ser Dios” sin conseguirlo van a tener que tragarse sus palabras. Eso es lo que sugiere un estudio publicado hoy que defiende que los animales clonados pueden vivir una vida tan larga y sana como los nacidos por métodos naturales. Parte de las evidencias vienen de cuatro copias exactas de la oveja Dolly criadas en Escocia y que, al contrario que su predecesora, han llegado hasta los nueve años de edad (unos 70 años humanos) sin rastros de envejecimiento acelerado.